Llame al (888) 572-7520 para hablar con un agente

La Declaración de la Independencia sentó las bases del futuro político de un mundo más libre, e inspiró a todo un continente. Pero detrás de los nombres que figuran en los libros, hay héroes casi anónimos y anécdotas desconocidas que es bueno recordar.

Cada 4 de julio, la independencia se celebra con fuegos artificiales, discursos patrióticos y un recuerdo casi sagrado de sus próceres más famosos: George Washington, Thomas Jefferson, Benjamin Franklin. Y no es para menos.

La Declaración del 4 de julio de 1776 no solo rompía vínculos con Gran Bretaña: proponía una nueva visión del poder basada en el consentimiento de los gobernados, la igualdad ante la ley y los derechos inalienables.

Ese gesto audaz y sus fundamentos filosóficos inspiraron a movimientos revolucionarios en todo el mundo. La Revolución Francesa retomó muchas de sus ideas centrales, y en América Latina, figuras como Bolívar, San Martín y Miranda vieron en Estados Unidos un modelo de autodeterminación.

Pero detrás de esa postal histórica, hay una constelación de hombres y mujeres cuyas contribuciones fueron fundamentales y, sin embargo, apenas figuran en los libros escolares.

James Armistead Lafayette: el espía esclavo que engañó a los británicos

James Armistead era esclavizado en Virginia cuando pidió permiso a su amo para unirse al Ejército Continental. En lugar de pelear con armas, ofreció sus servicios como espía. Fingiendo ser un esclavo leal a los británicos, infiltró los campamentos enemigos y ganó la confianza del general Charles Cornwallis.

Gracias a los informes de Armistead, el general Lafayette —quien luego lo ayudaría a obtener su libertad— pudo coordinar el cerco de Yorktown en 1781, una victoria crucial que precipitó el fin de la guerra.

Sybil Ludington: la adolescente que cabalgó más que Paul Revere

Tenía solo 16 años cuando, una noche de abril de 1777, montó a caballo durante 40 millas en la oscuridad para alertar a los milicianos del ataque británico a Danbury, Connecticut. Su galope solitario, bajo la lluvia, superó en distancia a la célebre cabalgata de Paul Revere.

 

Aunque su historia fue rescatada mucho después, Sybil Ludington encarna el coraje silencioso de cientos de mujeres que participaron en la Revolución desde la retaguardia.

Deborah Sampson: la mujer que luchó disfrazada de soldado

Cuando las mujeres tenían prohibido servir en el ejército, Deborah Sampson se vendó el pecho, se cortó el cabello y se hizo pasar por hombre bajo el nombre de “Robert Shurtliff”. Sirvió durante más de un año en el Ejército Continental, resultó herida y fue dada de baja con honores cuando su identidad fue descubierta.

 

Años más tarde, el Congreso reconoció su servicio y le otorgó una pensión como veterana. Su historia evidencia que la libertad no se peleó solo en los salones de Filadelfia.

Los pueblos indígenas: aliados, traicionados, resistiendo

La historia de los pueblos originarios durante la guerra de independencia es compleja. Algunas tribus, como los Oneida, apoyaron a los revolucionarios. Otras, como los Mohawk, se aliaron con los británicos esperando conservar sus territorios. En ambos casos, fueron traicionados.

 

Tras la guerra, el nuevo gobierno estadounidense desoyó los tratados previos, impulsó el desplazamiento forzado y aceleró la colonización del oeste. Muchos líderes indígenas como Joseph Brant (Thayendanegea) jugaron roles políticos y militares claves, pero quedaron fuera del relato heroico oficial.

Héroes colectivos: impresores, artesanos, campesinos

La revolución no fue solo un asunto militar. Miles de personas comunes impulsaron el cambio desde abajo:

Los impresores patriotas, como Mary Goddard, que publicó la primera copia impresa de la Declaración de Independencia con los nombres de los firmantes, arriesgando su vida.

Los campesinos y comerciantes que financiaron con sus bienes o se unieron a las milicias locales.

Las costureras, como Betsy Ross, quienes confeccionaban banderas y uniformes.

Los marineros afroamericanos, muchos de los cuales fueron capturados o asesinados sin jamás ser reconocidos.

Todos podemos ser héroes

Recordar a estos héroes olvidados no significa negar a los próceres consagrados. Significa ampliar el foco, reconocer que la independencia fue una hazaña colectiva y profundamente humana. Significa entender que la libertad no fue un regalo de una élite ilustrada, sino el resultado de innumerables actos de coraje desde todos los rincones de las Trece Colonias.

 

Este 4 de julio, además de recordar a Washington o Jefferson, vale la pena honrar a Sybil, a James, a Deborah, a los pueblos originarios y a todos los que lucharon —con o sin nombre propio— para que la palabra “independencia” tenga sentido.

Facebook
Twitter
LinkedIn

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Business hours: Monday to Friday from 8:00 AM to 5:00 PM. California time
Leave your number and a member of our company will contact you
Horario de atención: Lunes a viernes de 8.00 AM a 5.00 PM. Hora california

Deje su número y un miembro de nuestra empresa se pondrá en contacto con usted

Política de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerle la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en su navegador y realiza funciones tales como reconocerlo cuando vuelve a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentra más interesantes y útiles.

Más info sobre la política de privacidad: Política de privacidad

Más info sobre los términos de uso: Términos de uso

Más información sobre el descargo de responsabilidad: Descargo de Responsabilidad

Más información sobre las políticas de uso aceptables: Políticas de Uso Aceptable